"El
sacrificio" una sencilla palabra que define lo que es nuestra vida, todo
nuestro pasado fue borrado por un sacrificio, nuestro presente está vigente por
un sacrificio, y nuestro futuro fue cambiado por un sacrificio. La vida del cristiano
depende de un sacrificio. Pero ¿Realmente sabe la Iglesia de que sacrificio
depende su vida?
Pues,
por medio de este estudio, se quiere aclarar lo que realmente representa el
sacrificio por el cual hoy la Iglesia puede vivir, y el porqué del cambio de
los tiempos.
Primeramente
veamos que representaba el sacrificio en el antiguo testamento, luego el gran y
único sacrificio de Jesús por su Iglesia, y por último, el sacrificio de la
Iglesia hoy en día.
- · El Sacrificio en el Antiguo Testamento:
El sacrificio
en el antiguo pacto, y por mandato de Dios al pueblo de Israel, era una ofrenda
a Dios (animales, frutos) en señal de reconocimiento, adoración u obediencia, o
para pedir un favor. El termino hebreo zabah se traduce como
"sacrificar" en el Antiguo Testamento cuando el acto tiene propósitos
religiosos (Oseas 11:2). El realizar sacrificios y ofrendas para Dios era una
costumbre antiquísima. Siendo la primera mención
de un sacrificio de un hombre hacia Dios, en la cual no sería de carácter
sustitutivo, ni expiatorio, es el de Caín y Abel: (Véase Génesis 4:1-4).
La mayoría
de los sacrificios era la entrega de la vida de un animal, lo cual se realizaba
mediante el derramamiento de su sangre (Levítico 17:11). Se prohibía, por lo
tanto, comer la sangre, (Levítico 17:10). El pecador tenía que ser dueño del
animal que ofrecía. En todos los casos se trataba de animales limpios sin
defecto, que se podían ofrecer solo después de siete días de nacidos (Levítico
22:27) .
Clases de Sacrificios en el Antiguo pacto
El
holocausto: Significa Sacrificio . Este sacrificio se hacía como una expresión
de entrega total a Dios. La palabra hebrea olam, equivalente a holocausto,
quiere decir "Aquello que va arriba". La ofrenda, que debía ser
"de ganado vacuno u ovejuno" (Lv. 1:2), o de aves (Lv. 1:14). El
animal era sacrificado después que el ofertante ponía sus manos sobre él. Especial
cuidado se tenía en limpiar adecuadamente el cuerpo del animal (Lv. 1:6). Todo
el animal, excepto la piel, que era dada al sacerdote, y las plumas, si era
ave, se colocaba sobre el altar y era consumido al fuego (Lv. 1:13). Era
necesario mantener un fuego constante sobre el altar (Lv. 6:9). Por lo tanto,
el holocausto era sacrificio permanente en el santuario, pues se había ordenado
un "holocausto continuo por vuestras generaciones" (Ex. 29:42). En
algunos ritos de purificación se requería un holocausto. Los principales casos
son:
-
Para la purificación después de un parto (Lv. 12:6-8)
-
Cuando un leproso era sanado (Lv. 14:12-14)
-
Cuando alguien era sanado de flujo de semen o de sangre (Lv. 15: 15,30)
-
Para purificar a un nazareo que se hubiera contaminado (Nm. 6:10-11)
La
Oblación: Significa ofrenda y sacrificio. Juntamente con el
holocausto, así como con los sacrificios de paz, había que realizar ofrenda,
que debía ser de "flor de harina, sobre la cual echara aceite, y pondrá
sobre ella incienso" (Lv. 2:1). De la harina, el sacerdote quemaba un puñado
sobre el altar y el resto era para él (Lv. 2:2-3). Se podía ofrecer
"cocida en horno", o frita en sartén o cocida en cazuela, siempre
"harina sin levadura" amasada o untada con aceite. No se permitía el
uso de miel y era necesario que todo fuera sazonado con sal (Lv. 2:11-13)
El
sacrificio de paz: La
particularidad principal de esta ofrenda era que siempre culminaba con una
comida comunal, en la cual participaban los sacerdotes y el ofertante y sus
familiares. El animal podía ser "de ganado vacuno, sea macho o
hembra", así como ovejas o cabras (Lv. 3:1, 6, 12)
El
sacrificio por el pecado: Dependiendo
de la categoría de la persona que había cometido la infracción, había que traer
un determinado tipo animal. Si el sumo sacerdote pecaba, su ofrenda debía ser
de "un becerro sin defecto para expiación" (Lv. 4:3). Lo mismo
acontecía si se trataba de un pecado cometido por la congregación (Lv. 4:14),
cabe destacar que alguien del pueblo, debía ofrecer ofrenda según su condición
económica (Lv. 5:7). El sumo sacerdote, mojando su dedo en la sangre, rociaba
"siete veces delante de Jehová, hacia el santuario" y también la
ponía "sobre los cuernos del altar" (Lv. 4:6-7). Solo una vez al año,
en el día de la expiación, hacia eso dentro del Lugar Santísimo (Lv 16:14). La
sangre no usada para rociar se echaba "al pie del altar del holocausto"
(Lv. 4:7).
El
sacrificio por la culpa: Este
sacrificio se regía por los mismos criterios rituales que por el pecado (Lv
7:7). Este tipo de sacrificio era requerido "cuando alguna persona
cometiere falta, y pecare por yerro en las cosas santas de Dios" (Lv.
5:15) Además del sacrificio, el ofertante tenía que devolver "lo que
hubiere defraudado de las cosas santas, y añadirá a ello la quinta parte"
(Lv. 5:16). El sentido de este sacrificio estaba relacionado con la idea de
reparación. El ofensor tenía que confesar su pecado y hacer restitución a la
persona ofendida, con la multa. Si esta hubiere muerto, entonces se entregaba a
los sacerdotes (Nm 5:5-10). Se aplicaba a personas que pecaren faltando en el
reporte de alguna suma depositada a su cargo (Lv. 6:1-6). También se aplicaba a
un hombre que tuviera relaciones sexuales con una muchacha que estaba como
sierva, pero que era comprometida (Lv 19:20-22), pues esto también se
consideraba como una afectación a la propiedad ajena.
Las
ofrendas voluntarias: Estas
ofrendas se hacían con motivo de algún voto hecho ante Dios, o por el simple
deseo de gozarse de la presencia de Dios en su santuario. En el caso de que se
realizara de manera espontanea, que no obedecía a ninguna ordenanza u
obligación, se permitía comer de la carne el mismo día del sacrificio o al día
siguiente. Pero al tercer día había que quemar lo que restaba (Lv. 7:16-17)
Las
ofrendas mecidas y elevadas:
En algunos casos, parte de la ofrenda era tomada por el sacerdote y mecida.
Esto sucedía, por ejemplo, en la ofrenda que se hacía para la consagración de
los sacerdotes (Ex 29:24). Evidentemente esto está relacionado con el concepto
de "llenar las manos", en el sentido de colocar en las manos de una
persona los símbolos de su oficio (Consagración). Otro término que se utiliza
también es "elevar" (Lv 10:14). Según algunos eruditos,
"mecer" era un movimiento horizontal, mientras que "elevar"
era vertical.
Todo esto,
anunciaba el sacrificio que Jesús el verdadero cordero sin mancha ni pecado, se
sacrificaría en un futuro por su pueblo.
- · El gran y único sacrificio de Jesús por su Iglesia
Jesús, El cordero Inmolado
Ante
el continuo sacrificio del pueblo de Israel por sus pecados, que eran expiados
"momentáneamente" Dios decidió, enviar a su hijo, para hacer un
sacrificio, que sería el que marcara el fin del continuo sacrificio, ya los
pecados de la humanidad, serian expiados una vez y para siempre.
Solo Jesucristo podía constituirse en el
sacrificio perfecto por nuestros pecados. Esto fue posible ya que en cuanto a
su Persona, Jesús era plenamente Dios, pero también era plenamente hombre
(Filipenses 2:5-8); y en cuanto a su Obra, solo Jesucristo podía tomar nuestro
lugar en la cruz. La misión del mesías, al venir aquí a la tierra, era sin duda
morir por su pueblo; un Dios que no escatimo su condición de poder y de gloria,
en la que siendo El creador, formo parte de la creación.
"Angustiado él, y afligido, no abrió
su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus
trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca"- Isaías 53:7
En
Isaías, se encuentra la profecía de que Jesús, como cordero (cumpliendo la ley
del antiguo pacto) tenía que ser sacrificado.
¿Por qué
Jesús tenía que dar su vida en sacrificio por la de nosotros?
Si bien,
pudimos ver claramente, que cuando una persona cometía un pecado, esta, tenía
que ofrecer sacrificio de una animal, el cual servía como sustituto, recordando
que la paga del pecado es la muerte (Romanos 6:23), entonces en sustitución de
la muerte de la persona, el animal debía morir, y llevar el, los pecados de la
persona.
Sencillamente el sacrificio de Cristo, era de igual forma, siendo él
la semejanza de un cordero, fue llevado al matadero (Crucificado) y cargando él
con todos los pecados (pasados, presentes y futuros) de la humanidad, murió en
sustitución de nosotros. "Mas él
herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de
nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados" (Isaías
53:5). Éramos nosotros, como pecadores, los que debíamos pagar el precio por
nuestras iniquidades; sin embargo, Jesús se constituyo, voluntariamente y por
amor a nosotros, en nuestro sustituto. Este sacrificio fue de carácter
sustitutivo.
Además de sustitutivo, el sacrificio de
Jesucristo en la cruz del Calvario debía ser propiciatorio, esto es, debía
satisfacer la justicia de Dios a causa del pecado, así como extinguir/agotar su
ira con respecto al pecado humano.
Un nuevo pacto: Recordemos
que en el antiguo pacto, el cordero que se ofrecía para la expiación, tenía que
ser perfecto (sin defecto alguno); pues Jesús de igual manera, era un cordero
sin mancha ni pecado alguno, (Hebreos 4:15), por lo cual el derramamiento de su
sangre es la base del Nuevo Pacto "Esta
copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por vosotros"
(Lucas 22:20). La noche anterior a su crucifixión, Jesús ofreció la copa de
vino a sus discípulos diciendo esto, cuando Él derramó su sangre en la cruz,
Jesús eliminó la exigencia del Antiguo Pacto del continuo sacrificio de
animales (Hebreos 9:14); así como en el antiguo pacto una vez al año el
sacerdote debía hacer una ofrenda de la sangre de animales sobre el altar del
templo por los pecados del pueblo. "Y
casi todo es purificado, según la ley, con sangre, y sin derramamiento de
sangre no se hace remisión" (Hebreos 9:22). Un sacrificio, en el cual
su sangre estaba limitada en su efectividad, por lo que tenía que ser ofrecida
una y otra vez. Pero el sacrificio de Jesús ofrecido en la Cruz “Una vez y para
Siempre” (Hebreos 10:12), fue hecho, y ya no hubo necesidad de la sangre de
toros y machos cabríos.
"Pero
Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los
pecados, se ha sentado a la diestra de Dios" - Hebreos 10:12
Las
Consecuencias de su sacrificio: A
demás de que su sacrificio en la cruz, diera por terminado el antiguo pacto,
Jesús por de ese sacrificio nos ha dado:
-
Salvación
-
Redención
-
Propiciación
-
Expiación
-
Justificación
-
Regeneración
-
Reconciliación
-
Santificación.
"Vivan una vida llena de amor,
siguiendo el ejemplo de Cristo. Él nos amó y se ofreció a sí mismo como
sacrificio por nosotros, como aroma agradable a Dios" (Efesios 5:2 NTV).
El autor de Hebreos explica detalladamente el asunto al decir que los sacrificios del tabernáculo eran un "símbolo para el tiempo presente", que aquellas "ofrendas y sacrificios" no podían "hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto, ya que consistían solo en ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas" (He 9:9-11). Pero que "ahora, en la consumación de los siglos, Cristo se presento una vez para siempre como sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado" (Hebreos 9:26; 1 Juan 2:2; Romanos 12:1, 1 Pedro 2:5)
El autor de Hebreos explica detalladamente el asunto al decir que los sacrificios del tabernáculo eran un "símbolo para el tiempo presente", que aquellas "ofrendas y sacrificios" no podían "hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto, ya que consistían solo en ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas" (He 9:9-11). Pero que "ahora, en la consumación de los siglos, Cristo se presento una vez para siempre como sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado" (Hebreos 9:26; 1 Juan 2:2; Romanos 12:1, 1 Pedro 2:5)
- · El sacrificio de la Iglesia hoy en día
El sacrificio del cristiano
Dando
Jesucristo por consumado el sacrificio continuo de animales y de todo, ¿Cuál es
el sacrificio espiritual que exige Jesús a su Iglesia? Pues como creyentes,
debemos tener en cuenta, de que nuestro sacrificio es siempre en gratitud hacia
lo que él hizo, y éste debe ser:
- Toda nuestra
vida: "Así que, hermanos, os ruego por las
misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo,
santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional" - Romanos 12:1,
El cristiano debe entregar su vida en
sacrificio vivo delante de Dios, Él desea que
nos ofrezcamos a nosotros mismos en sacrificio vivo, no animales. Cada día debemos
echar a un lado nuestros deseos pecaminosos y seguirle, poniendo todas nuestras
energías y recursos a su disposición y confiando en su dirección. Lo hacemos en
gratitud porque nuestros pecados han sido perdonados. Dios tiene planes buenos,
agradables y perfectos para sus hijos. El quiere transformarnos en un pueblo con
una mente renovada, vivos para honrarle y obedecerle. Debido a que El solo
quiere lo mejor para nosotros y por haber dado a su Hijo para que tengamos vida
nueva, deberíamos ofrecernos con gozo en sacrificio vivo para su servicio.
Las palabras de Jesús en Mateo 16:24-25; al
decir que "Si alguno quiere venir en pos de mí,
niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame", quería hacerles saber a sus discípulos y la
Iglesia hoy en día, 3 requisitos que debían cumplir: 1) Negarnos: lo cual
significa, que debemos decirnos a nosotros mismo no, es decir, es la renuncia a
nuestras ambiciones personales, y vivir conforme a la voluntad de Dios. 2)
Tomar nuestra Cruz: La crucifixión era un método romano común de ejecución, y
los criminales condenados tenía que llevar su Cruz por las calles, rumbo al
sitio donde cumplían su sentencia. Seguir a Jesús, por lo tanto, implica una
entrega verdadera, con riesgo de muerte sin posibilidad de retroceso. 3)
Seguirle: Es ese mismo llamado, que Jesús hacia a cada uno de sus discípulos,
sin importar nada, el mandato es seguirle a él, en aquel tiempo muchos de sus
seguidores, solo buscaban señales, prodigios y milagros, mas nosotros debemos
seguirle a él, en busca de estar en su presencia. Es seguirle a él y a nadie
más, confiados en que el nos dará todo por cuanto necesitemos
"Así que, ofrezcamos siempre
a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que
confiesan su nombre, y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis, porque
de tales sacrificios se agrada Dios" - Hebreos 13:15-16
Que la gracia y paz de Dios sea
multiplicada en tu vida, y que este artículo te sirva para tu edificación,
bendiciones les desea su hermano:
Raúl Zuleta: @RaulZ_6
Bibliografía y Referencias:
- Biblia de
estudio versión Biblia del diario vivir
- Herramienta electrónica: e-Sword
- Comentario
Bíblico - Biblia versión las Américas
- Concordancia
Electrónica
- Libro 9 de
escuela dominical: "El pentateuco"
- Clases de
crecimiento espiritual, El mensaje de la Cruz - Autor: Obel Troconis