martes, 19 de agosto de 2014

EL SACRIFICIO


 "El sacrificio" una sencilla palabra que define lo que es nuestra vida, todo nuestro pasado fue borrado por un sacrificio, nuestro presente está vigente por un sacrificio, y nuestro futuro fue cambiado por un sacrificio. La vida del cristiano depende de un sacrificio. Pero ¿Realmente sabe la Iglesia de que sacrificio depende su vida?

Pues, por medio de este estudio, se quiere aclarar lo que realmente representa el sacrificio por el cual hoy la Iglesia puede vivir, y el porqué del cambio de los tiempos.
Primeramente veamos que representaba el sacrificio en el antiguo testamento, luego el gran y único sacrificio de Jesús por su Iglesia, y por último, el sacrificio de la Iglesia hoy en día.

  • ·         El Sacrificio en el Antiguo Testamento:

 El sacrificio en el antiguo pacto, y por mandato de Dios al pueblo de Israel, era una ofrenda a Dios (animales, frutos) en señal de reconocimiento, adoración u obediencia, o para pedir un favor. El termino hebreo zabah se traduce como "sacrificar" en el Antiguo Testamento cuando el acto tiene propósitos religiosos (Oseas 11:2). El realizar sacrificios y ofrendas para Dios era una costumbre antiquísima. Siendo la primera mención de un sacrificio de un hombre hacia Dios, en la cual no sería de carácter sustitutivo, ni expiatorio, es el de Caín y Abel: (Véase Génesis 4:1-4).
La mayoría de los sacrificios era la entrega de la vida de un animal, lo cual se realizaba mediante el derramamiento de su sangre (Levítico 17:11). Se prohibía, por lo tanto, comer la sangre, (Levítico 17:10). El pecador tenía que ser dueño del animal que ofrecía. En todos los casos se trataba de animales limpios sin defecto, que se podían ofrecer solo después de siete días de nacidos (Levítico 22:27) .

Clases de Sacrificios en el Antiguo pacto

El holocausto: Significa Sacrificio . Este sacrificio se hacía como una expresión de entrega total a Dios. La palabra hebrea olam, equivalente a holocausto, quiere decir "Aquello que va arriba". La ofrenda, que debía ser "de ganado vacuno u ovejuno" (Lv. 1:2), o de aves (Lv. 1:14). El animal era sacrificado después que el ofertante ponía sus manos sobre él. Especial cuidado se tenía en limpiar adecuadamente el cuerpo del animal (Lv. 1:6). Todo el animal, excepto la piel, que era dada al sacerdote, y las plumas, si era ave, se colocaba sobre el altar y era consumido al fuego (Lv. 1:13). Era necesario mantener un fuego constante sobre el altar (Lv. 6:9). Por lo tanto, el holocausto era sacrificio permanente en el santuario, pues se había ordenado un "holocausto continuo por vuestras generaciones" (Ex. 29:42). En algunos ritos de purificación se requería un holocausto. Los principales casos son:
- Para la purificación después de un parto (Lv. 12:6-8)
- Cuando un leproso era sanado (Lv. 14:12-14)
- Cuando alguien era sanado de flujo de semen o de sangre (Lv. 15: 15,30)
- Para purificar a un nazareo que se hubiera contaminado (Nm. 6:10-11)

La Oblación: Significa ofrenda y sacrificio. Juntamente con el holocausto, así como con los sacrificios de paz, había que realizar ofrenda, que debía ser de "flor de harina, sobre la cual echara aceite, y pondrá sobre ella incienso" (Lv. 2:1). De la harina, el sacerdote quemaba un puñado sobre el altar y el resto era para él (Lv. 2:2-3). Se podía ofrecer "cocida en horno", o frita en sartén o cocida en cazuela, siempre "harina sin levadura" amasada o untada con aceite. No se permitía el uso de miel y era necesario que todo fuera sazonado con sal (Lv. 2:11-13)

El sacrificio de paz: La particularidad principal de esta ofrenda era que siempre culminaba con una comida comunal, en la cual participaban los sacerdotes y el ofertante y sus familiares. El animal podía ser "de ganado vacuno, sea macho o hembra", así como ovejas o cabras (Lv. 3:1, 6, 12)

El sacrificio por el pecado: Dependiendo de la categoría de la persona que había cometido la infracción, había que traer un determinado tipo animal. Si el sumo sacerdote pecaba, su ofrenda debía ser de "un becerro sin defecto para expiación" (Lv. 4:3). Lo mismo acontecía si se trataba de un pecado cometido por la congregación (Lv. 4:14), cabe destacar que alguien del pueblo, debía ofrecer ofrenda según su condición económica (Lv. 5:7). El sumo sacerdote, mojando su dedo en la sangre, rociaba "siete veces delante de Jehová, hacia el santuario" y también la ponía "sobre los cuernos del altar" (Lv. 4:6-7). Solo una vez al año, en el día de la expiación, hacia eso dentro del Lugar Santísimo (Lv 16:14). La sangre no usada para rociar se echaba "al pie del altar del holocausto" (Lv. 4:7).

El sacrificio por la culpa: Este sacrificio se regía por los mismos criterios rituales que por el pecado (Lv 7:7). Este tipo de sacrificio era requerido "cuando alguna persona cometiere falta, y pecare por yerro en las cosas santas de Dios" (Lv. 5:15) Además del sacrificio, el ofertante tenía que devolver "lo que hubiere defraudado de las cosas santas, y añadirá a ello la quinta parte" (Lv. 5:16). El sentido de este sacrificio estaba relacionado con la idea de reparación. El ofensor tenía que confesar su pecado y hacer restitución a la persona ofendida, con la multa. Si esta hubiere muerto, entonces se entregaba a los sacerdotes (Nm 5:5-10). Se aplicaba a personas que pecaren faltando en el reporte de alguna suma depositada a su cargo (Lv. 6:1-6). También se aplicaba a un hombre que tuviera relaciones sexuales con una muchacha que estaba como sierva, pero que era comprometida (Lv 19:20-22), pues esto también se consideraba como una afectación a la propiedad ajena.

Las ofrendas voluntarias: Estas ofrendas se hacían con motivo de algún voto hecho ante Dios, o por el simple deseo de gozarse de la presencia de Dios en su santuario. En el caso de que se realizara de manera espontanea, que no obedecía a ninguna ordenanza u obligación, se permitía comer de la carne el mismo día del sacrificio o al día siguiente. Pero al tercer día había que quemar lo que restaba (Lv. 7:16-17)

Las ofrendas mecidas y elevadas: En algunos casos, parte de la ofrenda era tomada por el sacerdote y mecida. Esto sucedía, por ejemplo, en la ofrenda que se hacía para la consagración de los sacerdotes (Ex 29:24). Evidentemente esto está relacionado con el concepto de "llenar las manos", en el sentido de colocar en las manos de una persona los símbolos de su oficio (Consagración). Otro término que se utiliza también es "elevar" (Lv 10:14). Según algunos eruditos, "mecer" era un movimiento horizontal, mientras que "elevar" era vertical. 

Todo esto, anunciaba el sacrificio que Jesús el verdadero cordero sin mancha ni pecado, se sacrificaría en un futuro por su pueblo.

  • ·         El gran y único sacrificio de Jesús por su Iglesia


Jesús, El cordero Inmolado
Ante el continuo sacrificio del pueblo de Israel por sus pecados, que eran expiados "momentáneamente" Dios decidió, enviar a su hijo, para hacer un sacrificio, que sería el que marcara el fin del continuo sacrificio, ya los pecados de la humanidad, serian expiados una vez y para siempre.
 Solo Jesucristo podía constituirse en el sacrificio perfecto por nuestros pecados. Esto fue posible ya que en cuanto a su Persona, Jesús era plenamente Dios, pero también era plenamente hombre (Filipenses 2:5-8); y en cuanto a su Obra, solo Jesucristo podía tomar nuestro lugar en la cruz. La misión del mesías, al venir aquí a la tierra, era sin duda morir por su pueblo; un Dios que no escatimo su condición de poder y de gloria, en la que siendo El creador, formo parte de la creación.  

"Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca"-  Isaías 53:7

En Isaías, se encuentra la profecía de que Jesús, como cordero (cumpliendo la ley del antiguo pacto) tenía que ser sacrificado.

¿Por qué Jesús tenía que dar su vida en sacrificio por la de nosotros?

Si bien, pudimos ver claramente, que cuando una persona cometía un pecado, esta, tenía que ofrecer sacrificio de una animal, el cual servía como sustituto, recordando que la paga del pecado es la muerte (Romanos 6:23), entonces en sustitución de la muerte de la persona, el animal debía morir, y llevar el, los pecados de la persona.

Sencillamente el sacrificio de Cristo, era de igual forma, siendo él la semejanza de un cordero, fue llevado al matadero (Crucificado) y cargando él con todos los pecados (pasados, presentes y futuros) de la humanidad, murió en sustitución de nosotros. "Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados" (Isaías 53:5). Éramos nosotros, como pecadores, los que debíamos pagar el precio por nuestras iniquidades; sin embargo, Jesús se constituyo, voluntariamente y por amor a nosotros, en nuestro sustituto. Este sacrificio fue de carácter sustitutivo.

Además de sustitutivo, el sacrificio de Jesucristo en la cruz del Calvario debía ser propiciatorio, esto es, debía satisfacer la justicia de Dios a causa del pecado, así como extinguir/agotar su ira con respecto al pecado humano.

Un nuevo pacto: Recordemos que en el antiguo pacto, el cordero que se ofrecía para la expiación, tenía que ser perfecto (sin defecto alguno); pues Jesús de igual manera, era un cordero sin mancha ni pecado alguno, (Hebreos 4:15), por lo cual el derramamiento de su sangre es la base del Nuevo Pacto "Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por vosotros" (Lucas 22:20). La noche anterior a su crucifixión, Jesús ofreció la copa de vino a sus discípulos diciendo esto, cuando Él derramó su sangre en la cruz, Jesús eliminó la exigencia del Antiguo Pacto del continuo sacrificio de animales (Hebreos 9:14); así como en el antiguo pacto una vez al año el sacerdote debía hacer una ofrenda de la sangre de animales sobre el altar del templo por los pecados del pueblo. "Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre, y sin derramamiento de sangre no se hace remisión" (Hebreos 9:22). Un sacrificio, en el cual su sangre estaba limitada en su efectividad, por lo que tenía que ser ofrecida una y otra vez. Pero el sacrificio de Jesús ofrecido en la Cruz “Una vez y para Siempre” (Hebreos 10:12), fue hecho, y ya no hubo necesidad de la sangre de toros y machos cabríos.

"Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios" - Hebreos 10:12

Las Consecuencias de su sacrificio: A demás de que su sacrificio en la cruz, diera por terminado el antiguo pacto, Jesús por de ese sacrificio nos ha dado:
- Salvación
- Redención
- Propiciación
- Expiación
- Justificación
- Regeneración
- Reconciliación
- Santificación.

"Vivan una vida llena de amor, siguiendo el ejemplo de Cristo. Él nos amó y se ofreció a sí mismo como sacrificio por nosotros, como aroma agradable a Dios" (Efesios 5:2 NTV). 

El autor de Hebreos explica detalladamente el asunto al decir que los sacrificios del tabernáculo eran un "símbolo para el tiempo presente", que aquellas "ofrendas y sacrificios" no podían "hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto, ya que consistían solo en ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas" (He 9:9-11). Pero que "ahora, en la consumación de los siglos, Cristo se presento una vez para siempre como sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado" (Hebreos 9:26; 1 Juan 2:2; Romanos 12:1, 1 Pedro 2:5)

  • ·         El sacrificio de la Iglesia hoy en día


El sacrificio del cristiano
Dando Jesucristo por consumado el sacrificio continuo de animales y de todo, ¿Cuál es el sacrificio espiritual que exige Jesús a su Iglesia? Pues como creyentes, debemos tener en cuenta, de que nuestro sacrificio es siempre en gratitud hacia lo que él hizo, y éste debe ser:
- Toda nuestra vida: "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional" - Romanos 12:1,

El cristiano debe entregar su vida en sacrificio vivo delante de Dios, Él desea que nos ofrezcamos a nosotros mismos en sacrificio vivo, no animales. Cada día debemos echar a un lado nuestros deseos  pecaminosos y seguirle, poniendo todas nuestras energías y recursos a su disposición y confiando en su dirección. Lo hacemos en gratitud porque nuestros pecados han sido perdonados. Dios tiene planes buenos, agradables y perfectos para sus hijos. El quiere transformarnos en un pueblo con una mente renovada, vivos para honrarle y obedecerle. Debido a que El solo quiere lo mejor para nosotros y por haber dado a su Hijo para que tengamos vida nueva, deberíamos ofrecernos con gozo en sacrificio vivo para su servicio.

Las palabras de Jesús en Mateo 16:24-25; al decir que "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame", quería hacerles saber a sus discípulos y la Iglesia hoy en día, 3 requisitos que debían cumplir: 1) Negarnos: lo cual significa, que debemos decirnos a nosotros mismo no, es decir, es la renuncia a nuestras ambiciones personales, y vivir conforme a la voluntad de Dios. 2) Tomar nuestra Cruz: La crucifixión era un método romano común de ejecución, y los criminales condenados tenía que llevar su Cruz por las calles, rumbo al sitio donde cumplían su sentencia. Seguir a Jesús, por lo tanto, implica una entrega verdadera, con riesgo de muerte sin posibilidad de retroceso. 3) Seguirle: Es ese mismo llamado, que Jesús hacia a cada uno de sus discípulos, sin importar nada, el mandato es seguirle a él, en aquel tiempo muchos de sus seguidores, solo buscaban señales, prodigios y milagros, mas nosotros debemos seguirle a él, en busca de estar en su presencia. Es seguirle a él y a nadie más, confiados en que el nos dará todo por cuanto necesitemos

"Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre, y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis, porque de tales sacrificios se agrada Dios" - Hebreos 13:15-16

Que la gracia y paz de Dios sea multiplicada en tu vida, y que este artículo te sirva para tu edificación, bendiciones les desea su hermano:

Raúl Zuleta: @RaulZ_6

Bibliografía y Referencias:
- Biblia de estudio versión Biblia del diario vivir
 - Herramienta electrónica: e-Sword
- Comentario Bíblico - Biblia versión las Américas
- Concordancia Electrónica
- Libro 9 de escuela dominical: "El pentateuco"
- Clases de crecimiento espiritual, El mensaje de la Cruz - Autor: Obel Troconis
                                                          

PALABRAS DE VIDA ETERNA






"El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablaba son espíritu y son vida" - Juan 6:63


¿Qué palabras podrían salir de aquel que una vez dijo: Yo soy la vida eterna? Pues ¡Palabras de Vida eterna! eran las que este hablaba. Lo curioso de este capítulo de la vida de Jesús se encuentra plasmado el verso 66 del capítulo 6 de Juan, el cual dice: "Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con el"


¿Desde que entonces o cual fue el motivo de que estos supuestos "Discípulos" lo dejaron de seguir? Pues veamos que Jesús, versos antes, había tenido un largo discurso con ellos, autodenominándose él, como el Pan de vida (Véase Juan 6:25-59) por lo tanto podemos sacar las siguientes conclusiones:

El impacto de su palabra: "Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quien la puede oír? verso 60; Si vemos el discurso dictado por Jesús entre los versos 25 al 59, sobre el cual habla de que él es el Pan de vida, no vemos nada en lo cual podía hacer alarme entre sus discípulos para llamar "Duras" sus palabras; ¿a qué pues entonces se estaban refiriendo? veamos los versos 54,55 y 56, los cuales fueron lo que más impacto de su discurso a los Judíos: "El come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitare en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mi permanece, y yo en él"

Este mensaje resultaba chocante: comer y beber su sangre sonaba a canibalismo. La idea de beber cualquier sangre, con más razón humana, resultaba repugnante para los líderes religiosos porque la ley lo prohibía (Véase Levítico 17,10,11) Por supuesto que Jesús no se refería a la sangre en forma literal. Lo que decía era que su vida debía convertirse en la de ellos, que su sangre ellos la deberían de beber en el sentido de que solo el los puede saciar de su sed espiritual. Pero ellos no podían aceptar este concepto. Fue el motivo por el cual catalogaron sus palabras como "Duras"

Así son las palabras que Jesús habla y lo que cual es el Evangelio, son palabras que confrontan, que te hacen ver la realidad, son cortantes, y lo más importante que son palabras de Vida Eterna.

¿Qué impacto tiene la palabra de Dios en tu vida? ¿Realmente las has aceptado como palabras que te darán vida eterna si las obedeces?

Falsos discípulos: Dice el verso 66 que al oírlas muchos de ellos lo dejaron de seguir (véase Juan 6:66); pero la pregunta en todo esto es ¿Realmente eran verdaderos discípulos? ya que si creían en él, no les debió importar cuán duras u ofensivas fueran sus palabras.

¿Porque las palabras de Jesús hicieron que muchos de ellos lo abandonasen? se podría especular y creer que fue porque :

- Se dieron cuenta que Jesús no sería el Mesías-Rey conquistador que esperaban.
- Se rehusaron a ceder ante sus exigencias egocéntricas.
- Jesús enfatizaba en la fe y no en los hechos.

Pero el motivo real de que estos falsos discípulos lo dejaran de seguir, fue porque sus enseñanzas eran difíciles de entender y más todavía difíciles de aceptar para ellos, además de que en casos como este, les resultaban ofensivas.

A Jesús realmente no le importo que estos falsos discípulos lo dejaran de seguir, ya que él sabía desde el principio que ellos no iban a creer en sus palabras: "Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quienes eran los que no creían, y quien le había de entregar. Juan 6:64

Al comenzar a escudriñar entre sus palabras, es posible que te sientas tentado a apartarte porque las palabras de Jesús son difíciles o duras, ¿Reaccionarias dándote por vencido, y pasando por alto ciertas enseñanzas, o rechazando a Cristo? Pues si estas en esa incógnita, Jesús te dice lo mismo que le dijo en su momento a sus verdaderos discípulos, ¿Queréis acaso iros también vosotros? (véase Juan 6:67).

Recuerda que para Jesús no existen términos medios y el vomitara a los tibios, cuando preguntó a sus discípulos si también se irían, les mostraba que podían tanto como aceptarlo como rechazarlo

La Respuesta al Mensaje: Después de que muchos de los seguidores lo abandonaron, y que Jesús preguntara a los doce discípulos si también lo dejarían. Pedro respondió: ¿A quién iremos? verso 68. Pedro respondió por todos nosotros; no hay otro camino. A pesar de que existen muchas filosofías y autoridades autoproclamadas, únicamente Jesús tiene palabras de vida eterna.

Como respuesta al mensaje de Jesús, algunas personas se fueron; otros se quedaron y creyeron de verdad; y algunos, como Judas, se quedaron pero intentaron usar a Jesús para ganancia personal. Muchas personas hoy en día se alejan de Cristo, otros fingen seguir, asistiendo a la Iglesia. Pero en realidad solo hay dos respuestas posibles al mensaje de Jesús: lo aceptas o lo rechazas.


¿Cómo has respondido tu a su mensaje?




Por: Raúl Zuleta - @RaulZ_6
Citas sacadas de la Biblia en español versión Reina Valera 1960
Comentario Bíblico - Biblia del diario Vivir